Por lo menos Nicol Jiménez se acuerda de los que realmente han trabajado más para que el parque sea pronto una realidad.
El último escollo –que el Ayuntamiento aún no es el titular del suelo– se solventará en los próximos meses, así que la obra para construir en la antigua prisión de la Ranilla podrá empezar a final de año o, en el peor de los casos, a principios de 2009. El parque, la sede de Gobernación y el centro cívico deben estar en 2010.
El proyecto para la urbanización y la construcción del parque sobre la que fue cárcel provincial está ya listo. Por eso, el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se lo presentó ayer a la secretaria general de Instituciones penitenciarias, Mercedes Gallizo. La intención no era otra que forzar a que el Ministerio del Interior cumpla el convenio y ceda ya la titularidad del suelo. Y es que es el último fleco para que las obras empiecen.
Tras años de reivindicación vecinal, el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Millán, aseguró ayer tras la reunión con Gallizo, que los trabajos podrían empezar a finales de año o, como mucho, a principios de 2009. Esto es, que a lo largo de 2010 estará todo terminado. Sólo el parque costará cinco millones de euros y tendrá un plazo de ejecución de quince meses.
Una vez que se termine de derribar la antigua prisión (inaugurada en 1933 y activa hasta 1989, cuando quedó sólo para presos de tercer grado), sus casi 40.000 metros cuadrados darán cabida a dos torres con 230 pisos del Estado (para lo que aún no hay proyecto), un centro cívico, la nueva jefatura de la Policía Local, una pista deportiva y, sobre todo, un parque de alrededor de 30.000 metros cuadrados. Además, se mantendrán en pie la fachada y las dos naves laterales de la antigua prisión, donde se abrirá un museo de la Memoria Histórica, un archivo y la sede de la asociación vecinal. Millán sostuvo que todas las obras municipales se acometerán al mismo tiempo.
El parque, en uno de los barrios con menos zonas verdes, Nervión, recreará los distintos espacios de la prisión, sus módulos y galerías. Tendrá 250 nuevos árboles y los ejemplares de los patios de la cárcel.
Los vecinos son los principales artífices de esta transformación, puesto que han reivindicado durante años la construcción de una zona verde. En junio de 2006 se les presentó un boceto y en 2007 se les prometió que el proyecto estaría aprobado antes de las pasadas elecciones. Según se anunció, este pequeño pulmón verde se bautizará con el nombre de parque de la Memoria Histórica y estará íntimamente ligado al pasado de la cárcel.
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