Aunque el Ayuntamiento le prometió a los vecinos de Nervión que el parque de la Ranilla sería lo primero en construirse cuando se derribase la antigua cárcel provincial, lo cierto es que los vecinos de la zona aún están esperando a que empiecen estas obras. La fecha prevista era enero de 2008 y el presupuesto, poco más de dos millones de euros. Sin embargo, Julián Martínez, presidente de la asociación de vecinos La Concepción de Nervión, aseguró ayer a esta redacción que el Consistorio aún no ha aprobado el proyecto para transformar parte de la prisión en un parque y que el coste se ha disparado a cinco millones de euros. “Y no sabemos de dónde saldrá este dinero porque no nos lo dicen”, denunció. A su juicio, los numerosos cambios en la Gerencia de Urbanismo han hecho que se incumpla sistemáticamente “lo prometido”. “Estamos –apostilló– descontentos porque nos están tomando el pelo”. Martínez, además, defendió que tampoco se sabe nada sobre la construcción del centro cívico.
Lo que sí se pondrá en marcha ya mañana es la obra de la sede de la Policía Local y Gobernación junto a la ronda del Tamarguillo. Para construir el parque aún se tiene que ejecutar la tercera fase del derribo de la antigua cárcel.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
La AAVV en El Correo de Andalucía
martes, 18 de noviembre de 2008
¡Qué vienen los políticos!
lunes, 17 de noviembre de 2008
Movimientos nada sospechosos
Las fotografías son propiedad de A. Aranda, vecino del barrio
viernes, 11 de julio de 2008
¡Saben que existimos!
y han publicado dos comentarios, uno de ellos el de un servidor (el mismo que puse en El Callejón) y el otro es el de la Asoc. de Vecinos "La Concepción de Nervión". ¡Grande esto de los blogs!
SALUD Y PARQUE
Antonio
viernes, 4 de julio de 2008
En el Correo de Andalucía (04/07/2008)
Por lo menos Nicol Jiménez se acuerda de los que realmente han trabajado más para que el parque sea pronto una realidad.
El último escollo –que el Ayuntamiento aún no es el titular del suelo– se solventará en los próximos meses, así que la obra para construir en la antigua prisión de la Ranilla podrá empezar a final de año o, en el peor de los casos, a principios de 2009. El parque, la sede de Gobernación y el centro cívico deben estar en 2010.
El proyecto para la urbanización y la construcción del parque sobre la que fue cárcel provincial está ya listo. Por eso, el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se lo presentó ayer a la secretaria general de Instituciones penitenciarias, Mercedes Gallizo. La intención no era otra que forzar a que el Ministerio del Interior cumpla el convenio y ceda ya la titularidad del suelo. Y es que es el último fleco para que las obras empiecen.
Tras años de reivindicación vecinal, el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Millán, aseguró ayer tras la reunión con Gallizo, que los trabajos podrían empezar a finales de año o, como mucho, a principios de 2009. Esto es, que a lo largo de 2010 estará todo terminado. Sólo el parque costará cinco millones de euros y tendrá un plazo de ejecución de quince meses.
Una vez que se termine de derribar la antigua prisión (inaugurada en 1933 y activa hasta 1989, cuando quedó sólo para presos de tercer grado), sus casi 40.000 metros cuadrados darán cabida a dos torres con 230 pisos del Estado (para lo que aún no hay proyecto), un centro cívico, la nueva jefatura de la Policía Local, una pista deportiva y, sobre todo, un parque de alrededor de 30.000 metros cuadrados. Además, se mantendrán en pie la fachada y las dos naves laterales de la antigua prisión, donde se abrirá un museo de la Memoria Histórica, un archivo y la sede de la asociación vecinal. Millán sostuvo que todas las obras municipales se acometerán al mismo tiempo.
El parque, en uno de los barrios con menos zonas verdes, Nervión, recreará los distintos espacios de la prisión, sus módulos y galerías. Tendrá 250 nuevos árboles y los ejemplares de los patios de la cárcel.
Los vecinos son los principales artífices de esta transformación, puesto que han reivindicado durante años la construcción de una zona verde. En junio de 2006 se les presentó un boceto y en 2007 se les prometió que el proyecto estaría aprobado antes de las pasadas elecciones. Según se anunció, este pequeño pulmón verde se bautizará con el nombre de parque de la Memoria Histórica y estará íntimamente ligado al pasado de la cárcel.
En el diario Qué! (04/07/2008)
La cárcel de Ranilla será al fin un parque a principios de 2010
R. Murillo
El inicio del proyecto, concluida la demolición de la antigua prisión, está a expensas de la cesión del suelo por parte del Gobierno, ya desbloqueada.
Ya hay fecha para que la antigua Prisión Provincial de Sevilla –más conocida como cárcel de Ranilla– se convierta en el pulmón de Nervión.
El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, se reunió ayer con la secretaria general de Institutuciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, para presentarle el proyecto, que, además del parque de 27.000 metros cuadrados, contempla un centro cívico y la sede de la Policía Local, de 1.500 y 3.400 metros cuadrados respectivamente.
Las obras empezarán a principios de 2009, tras la cesión del suelo por parte del Gobierno, ya desbloqueda, y durarán entre un año -para el propio parque y el centro cívico- y 15 meses -para la sede policial-.
El Pabellón de Ingreso sigue en pie
El Pabellón de Ingreso en la antigua Prisión Provincial de Sevilla es lo único que se ha salvado de la demolición y tendrá usos socio-culturales. Albergará los archivos y dependencias relacionados con la Memoria Histórica.
El proyecto, además, pretende dar un paso más para que la lectura histórica del antiguo uso del parque no se limite al mencionado edificio y a viejas fotografías.
jueves, 3 de julio de 2008
Y en el blog del Alcalde
Un parque sobre una prisión, en Sevilla

En ocasiones el soporte o el espacio público sobre el que se interviene mediante un figura de planeamiento o un proyecto, ya sea de edificación o urbanización, nos proporciona preexistencias físicas, históricas o arquitectónicas que sirven de referencia para la intervención en el mismo.
Este es el caso del solar donde se ubicará el futuro Parque de La Ranilla, ya que el tablero sobre el que se interviene durante varios decenios cobijó una institución que ha sido fiel reflejo del devenir histórico-político de España, marcando la vida de muchos colectivos y ciudadanos.
Por ello, es de gran interés el que por parte de las asociaciones ciudadanas y los representantes políticos de la ciudad se haya consensuado la conservación de parte de la edificación del conjunto de la prisión Provincial de Sevilla, en concreto del Pabellón de Entrada.
El proyecto pretende dar un paso más para que la lectura histórica del antiguo uso del Parque no se limite al mencionado edificio y a viejas fotografías, sino que el usuario de mismo con el apoyo de paneles informativos pueda comprender la realidad de la institución que ocupó el solar durante tantos años.
Para ello, en el futuro Parque se emplean como ejes de ordenación de los caminos , los ejes principales del complejo edificatorio de la antigua Prisión (NO-SE y NE-SO).
El tratamiento del espacio ocupado por las antiguas construcciones será diferenciado del resto de los recorridos peatonales, ya sea mediante el pavimento, arbolado de acompañamiento, o mediante la introducción de pérgolas o fuentes ornamentales.
Con ello, se intenta que, mediante el recorrido físico del Parque, el paseante puede llegar a realizar un lectura comprensiva histórica del mismo.
Por otra parte, tras un periodo de debate con las entidades vecinales y otros colectivos ciudadanos se ha consensuado la conservación del pabellón de acceso de la antigua Prisión (obra de Luis Aranguren 1923/1930) dentro del futuro parque, con un uso previsto también socio-cultural (archivos y dependencias relacionados con la Memoria Historica ) .
El resumen de superficies de la actuación es el siguiente:
1. SUPERFICIE DE ZONA VERDE 27.000 M2
2. SUPERFICIE DE PARCELAS RESIDENCIALES 5.500 M2
3. SUPERFICIE DE EQUIPAMIENTOS
3.A Centro Cívico 1.500 m2
3.B Central de Policía Local y Movilidad 3.400 m2
3.C Pabellón de Ingreso de la Prisión 1.600 m2
TOTAL EQUIPAMIENTOS 6.500 M2
SUPERFICIE TOTAL DE LA PARCELA 39.000 M2
En Sevilla Información (03/07/2008)
Proyecto de urbanización y zona verde de la parcela de la antigua prisión provincial de La Ranilla
Sevilla Información. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, se reúne hoy jueves, día 3 de julio, a las 11:00 horas, con la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.
En la reunión, el alcalde va a presentar el proyecto de urbanización y zona verde de la parcela de la antigua prisión provincial de La Ranilla con un presupuesto de 5 millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses.
El proyecto municipal contempla la ubicar en la antigua prisión un la nueva sede de la Delegación de Gobernación del Ayuntamiento de Sevilla con una superficie de 3.400 m2 , un Centro Cívico de 1.500 m2 mientras que el Pabellón de Ingreso de la Prisión conservaría 1.600 m2
La superficie de zona verde tendría una extensión de 27.000 m2 mientras que el PGOU reserva para parcelas residenciales 5.500 m2 y 6.500 m2 para equipamientos.
Tras un periodo de debate con las entidades vecinales y otros colectivos ciudadanos se ha consensuado la conservación del pabellón de acceso de la antigua Prisión (obra de Luis Aranguren 1923/1930) dentro del futuro parque, con un uso previsto también socio-cultural, concretamente los archivos y dependencias relacionados con la Memoria Historica.
El solar donde se ubicará el futuro Parque de La Ranilla, ya que el tablero sobre el que se interviene durante varios decenios cobijó una institución que ha sido fiel reflejo del devenir histórico-político de España, ha marcado la vida de muchos colectivos y ciudadanos.
Por ello, es de gran interés el que por parte de las asociaciones ciudadanas y los representantes políticos de la ciudad se haya consensuado la conservación de parte de la edificación del conjunto de la prisión Provincial de Sevilla, en concreto del Pabellón de Entrada.
El proyecto pretende dar un paso más para que la lectura histórica del antiguo uso del Parque no se limite al mencionado edificio y a viejas fotografías, sino que el usuario de mismo con el apoyo de paneles informativos pueda comprender la realidad de la institución que ocupó el solar durante tantos años.
Para ello, en el futuro Parque se emplean como ejes de ordenación de los caminos, los ejes principales del complejo edificatorio de la antigua Prisión (NO-SE y NE-SO).
El tratamiento del espacio ocupado por las antiguas construcciones será diferenciado del resto de los recorridos peatonales, ya sea mediante el pavimento, arbolado de acompañamiento, o mediante la introducción de pérgolas o fuentes ornamentales. Con ello, se intenta que, mediante el recorrido físico del Parque, el paseante puede llegar a realizar un lectura comprensiva histórica del mismo.
Por otra parte, se ha superpuesto a la estructura anterior otro conjunto de senderos y , entre ambos, se definirán parcelas ajardinadas rectangulares de unos 30 mts. de anchura.
Se plantean diferentes accesos al Parque con tratamiento arquitectónico, el primero coincidente con el Pabellón de Acceso de la Prisión Provincial , el segundo en el punto opuesto colindante con la Ronda del Tamarguillo, y los otros 2 en los linderos Sur y Norte del solar.
El agua estará presente en el Parque en diferentes estanques que refuerzan la estructura de su ordenación. Por ejemplo el “Canal del Tamarguillo”, como referencia del Arroyo tan presente en la historia de la ciudad en el sigo pasado, enlazará los accesos Norte y Sur, y en su trazado pasará de una geometría clara y regular en sus extremos, a otra más tortuosa e incontenida aludiendo a las históricas crecidas que ha sufrido la ciudad. También se insertarán fuentes en la zona que ocupaba el antiguo módulo 3 de la Prisión y frente al Centro Cívico en el vértice Suroeste del Parque.
En cuanto a la jardinería, el Proyecto recoge la conservación de la mayor parte del arbolado actual del complejo carcelario, incluyendo varios ejemplares de naranjo, higuera o phoenix dactyliphera, y la plantación de más de 250 ejemplares de arbolado de 30 especies diferentes, arbustos y flores vivaces.
En el diseño del ajardinamiento propuesto se han considerado principios básicos de xerojardinería como la utilización mayoritaria de especies autóctonas y el empleo de soluciones técnicas encaminadas al ahorro de agua.
Por último, el proyecto aborda íntegramente la dotación de mobiliario urbano y señalización del Parque. Del mismo modo, se incluiría la ejecución de todas las redes de infraestructura: saneamiento, abastecimiento, riego, alumbrado público y media/baja tensión.
La calificación prevista en el nuevo P.G.O.U es la indicada, zona verde, con la presencia de otros usos: residencial en tipología de edificación abierta y diversos equipamientos de carácter socio-cultural y administrativo (Centro Cívico y Delegación de Gobernación del Ayuntamiento).
En El País (03/07/2008)
La sede sevillana de Gobernación se ubicará en La Ranilla
La antigua prisión provincial tendrá un centro cívico, un parque y parcelas residenciales
EFE - Sevilla - 03/07/2008
El proyecto de urbanización de la antigua prisión de La Ranilla acogerá a la nueva sede de la Concejalía de Gobernación, con 3.400 metros cuadrados, un centro cívico, un parque con 27.000, 5.500 de parcelas residenciales, 6.500 para equipamientos y se conservará el Pabellón de Ingreso de la Prisión.
Este proyecto de urbanización y zona verde de la parcela de la antigua cárcel provincial, ha sido presentado hoy a la secretaria general de Instituciones penitenciarias, Mercedes
Gallizo, por parte del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Este proyecto contará con un presupuesto de cinco millones de euros y un plazo de ejecución de 15 meses.
Tras un periodo de debate con las entidades vecinales y otros colectivos ciudadanos se ha consensuado la conservación del pabellón de acceso de la antigua Prisión -obra de Luis Aranguren (1923-1930)- que tendrá un uso socio-cultural, destinado a los archivos y dependencias relacionados con la Memoria Histórica.
La remodelación del entorno del edificio incluye la creación de varios estanques y fuentes en el Parque. Además el proyecto recoge la conservación de la mayor parte del arbolado actual del complejo carcelario y se dotación el recinto de mobiliario urbano y señales del Parque.
lunes, 2 de junio de 2008
De cárcel a pulmón verde en Nervión
Tras años de reivindicación vecinal, el Ayuntamiento tiene listo el proyecto del parque de la Ranilla, que recreará los distintos espacios de la prisión, sus módulos y galerías. Los 250 nuevos árboles y los ejemplares de los patios de la cárcel serán un minipulmón en Nervión, uno de los barrios con menos zonas verdes.
Una vez que se termine de derribar la que fuera prisión provincial (inaugurada en 1933 y activa hasta 1989, cuando quedó sólo para presos de tercer grado) sus casi 40.000 metros cuadrados darán cabida a 230 pisos del Estado, un centro cívico, la nueva jefatura de la Policía Local, una pista deportiva y, sobre todo, un parque de alrededor de 30.000 metros cuadrados. Además, se mantendrán en pie la fachada y las dos naves laterales de la antigua prisión, donde se abrirá un museo de la Memoria Histórica, un archivo y la sede de la asociación vecinal.
Precisamente los vecinos son los principales artífices de esta transformación, puesto que han reivindicado durante años la construcción de una zona verde. No en vano, Nervión es uno de los barrios de Sevilla con menos parques para el disfrute ciudadano. A pesar de su gran extensión, sólo existen pequeños parques como el de la Buhaira, el de Santo Domingo de la Calzada y el de Federico García Lorca (entre Marqués de Nervión y Villegas Marmolejo), alejados de la Ranilla y, en los dos últimos casos, de sólo 9.000 metros cuadrados.
Según se anunció a principios del pasado año, este pequeño pulmón verde se bautizará con el nombre de parque de la Memoria Histórica y estará íntimamente ligado al pasado de la cárcel, donde los presos del franquismo se hacinaban hace años.
El Ayuntamiento, después de muchas promesas a los vecinos (en junio de 2006 se les presentó un boceto y, en 2007, se les prometió que el proyecto estaría aprobado antes de las pasadas elecciones), ya tiene listo cómo será el parque, si bien el inicio de las obras dependerá de la tramitación administrativa. Los trabajos durarán 15 meses y costarán 4,9 millones de euros, casi el doble de lo anunciado a los vecinos, según el presidente de la Asociación La Concepción de Nervión, Julián Martínez.
Según el proyecto básico, se conservarán la mayor parte del arbolado actual de los patios de la cárcel (naranjos, higueras o phoenix dactyliphera) y se plantarán más de 250 ejemplares de 30 especies diferentes, arbustos y flores vivaces.
Otra característica del parque será el agua. Habrá estanques como el Canal del Tamarguillo y fuentes en la zona del antiguo módulo 3 y frente al centro cívico del vértice suroeste del parque.
Además, se usarán estructuras metálicas cubiertas de vegetación para recrear la que fuera tercera galería de la cárcel, donde vivieron muchos años los represaliados políticos. Dicha estructura desembocará en un monumento en recuerdo de los represaliados. Así, el futuro parque respetará los ejes de la prisión. Los bancales coincidirán con los antiguos módulos del recinto penitenciario, que se diferenciarán también por el pavimento, el arbolado y las pérgolas o fuentes ornamentales.
Según el proyecto, “con ello se intenta que, mediante el recorrido físico del parque, el paseante pueda llegar a realizar una lectura comprensiva de la historia” del lugar. Además, habrá senderos (un camino de footing alrededor del recinto), una pista deportiva y cuatro accesos al parque: por la fachada de la cárcel, por la ronda del Tamarguillo y por los linderos Sur y Norte de este solar. Está por ver cómo se resuelve uno de los asuntos que más preocupan a los vecinos: la seguridad en el recinto.
Los residentes afirman que el parque debe tener vigilancia y contar con los medios necesarios para evitar el vandalismo.
domingo, 1 de junio de 2008
Esperemos tengan más suerte
"El grupo Socialista y el Popular respaldaron este viernes en el Pleno de la capital el acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior para el desarrollo urbanístico de los terrenos ocupados por la antigua cárcel de Carabanchel, mientras IU mantuvo su rechazo a que se construyan viviendas en ese ámbito. El acuerdo entre ambas administraciones, pendiente de ratificación, permitirá la construcción en los 170.000 metros cuadrados de suelo de la vieja cárcel de 650 viviendas, de las que al menos el 30 por ciento serán de protección pública, así como del hospital que venían demandando los vecinos" (leer más)
sábado, 31 de mayo de 2008
Otro ángulo del derribo
Desde la calle Madre María Teresa nos envía un vecino, Francisco, sus fotos del derribo y de parte de su calle que tras años de retraso por fin se adecentó.
¿Damos la cara o seguimos escondidos?
Aún recuerdo como se propuso que mientras llegaba el ansiado parque, mientras llegaba la zona verde tan necesaria, pusieran un miniparque (zona de juegos para los peques, con su tobogán o resbalaera, sus columpios, su castillito para subir y bajar...) en la esquina de Vidal de Noya con Mariano Benlliure, o en los laterales del edificio histórico, y de paso evitábamos asentamientos, pues nada que no, que para qué si lo del parque era inminente ... os hablo de hace años. Pues años que nuestros niños podrían haber estado jugando. El parque se hará, claro, pero parece que será gracias a la diosa Fortuna ... más que a una eficaz gestión o gracias a una simple gestión. No más. Unos se escabullen, otros callan y los de más allá, no están ni se les espera. Monteseirín, Torrijos y Zoido daros una vueltecita... si sabéis donde está, claro.
lunes, 5 de mayo de 2008
Indigentes en el solar de la cárcel. El Correo de Andalucía
La demolición de la prisión provincial Sevilla I ha dado paso a un amplio solar muy apetecible para los colectivos de indigentes. Mientras comienzan los trabajos de construcción del nuevo complejo donde irá la futura Jefatura de la Policía Local y otros espacios como un parque verde para los residentes de la zona, los vecinos de la calle Mariano Benlluire, próxima al recinto, han visto cómo desde hace unas semanas han ido llegado varias personas sin techo –hasta el momento en grupos reducidos– en busca de cobijo.
El lugar más demandado, aseguran los vecinos, es la entrada principal de la cárcel, que aún se mantiene en pie. Allí, bajo las uralitas de las plazas de aparcamientos de los funcionarios de prisiones, se levantan dos chabolas de cartones y tablas. Los residentes se quejan del ruido que hacen por las noches, en las que organizan “fogatas”, quemando plástico, cables y colchones: “La humareda es tremenda”, explica el dueño del bar de Mariano Benlluire, situado frente al solar derribado.
Pero la situación no es nueva. Los residentes relatan que los primeros indigentes asomaron a la zona “antes de las elecciones [por los comicios generales y andaluces]”. “Entonces –prosiguen– ocuparon una caseta de obras que, provisionalmente, dejaron los operarios encargados en la mejora de las calles. Tenían que volver a hacer nuevos arreglos”.
Durante este tiempo que quedó sin actividad, un grupo de sin techo se hacinó en la caseta de obras “con total impunidad y comodidad”, pues, explican los vecinos, que hasta llegaron a tirar un cable a la farola pública más cercana para disponer de luz eléctrica por las noches.
Los residentes temen ahora que la zona se convierta en “un reclamo” para los indigentes que deambulan por la ciudad y, en unos meses, lleguen a tener hasta “una promoción de chabolas adosadas” en el barrio.
Cerco policial. Por su parte, según fuentes municipales, el Ayuntamiento tiene previsto medidas de seguridad para evitar la ocupación ilegal de la parcela durante el desarrollo de las obras del parque y los nuevos equipamientos de La Ranilla.
sábado, 3 de mayo de 2008
El derribo desde otro ángulo. Seguimos esperando.
Mientras tanto, un vecino, Pablo, nos ofrece una galería de fotos que hizo durante la fase de derribo más visible. Gracias.











lunes, 18 de febrero de 2008
Día 36.
Artículo aparecido en el Diario de Sevilla que incluye una entrevista con Manuela, vecina y propietaria del Bar Espolaina, establecimiento que lleva toda la vida frente a la antigua prisión y que encierra entre sus paredes las auténticas crónicas de un barrio y de unos muros que ahora ya no están.
Los últimos de la Ranilla
Vecinos de Nervión, trabajadores y presos recuerdan cómo la cárcel que esta semana ha quedado reducida a una gran explanada marcó para siempre sus vidas
Fernando Pérez Ávila
Es la nueva imagen del barrio, resultado de las labores de demolición que se iniciaron a mediados del año pasado y que prácticamente ya han concluido. Sobre el solar se levantarán un parque, un centro cívico y la jefatura de la Policía Local y los Bomberos, pero para los vecinos nunca será igual.
“Vivo aquí desde 1970, llevo casi 40 años viendo el muro. Es como si hubieran tirado algo mío”. Quien así habla es Manuela López, propietaria junto a su marido José María Infantes del bar Espolaina, situado frente al edificio que aún queda en pie. Por allí han pasado decenas de funcionarios, guardias civiles, presos y familiares desde que esta pareja de primos hermanos de Villalba del Alcor abrió el negocio en 1980, 10 años después de instalarse en el barrio.
La cárcel es su vida. Manuela conoce a la mayoría de los internos que pasaron por Sevilla I en las últimas tres décadas y de casi todos guarda un buen recuerdo. “Me encontré con personas excelentes, que por una u otra razón estaban ahí dentro”. Manuela y José María les daban de comer aunque no tuvieran con qué pagarles, y a veces su establecimiento se convertía en una especie de zona libre en la que convivían guardias civiles y reclusos que estaban de permiso. Abría a las cinco y media de la mañana para dar el desayuno a los primeros trabajadores y cerraba al filo de la medianoche, cuando ya habían cenado los que sólo tenían que ir a dormir a la cárcel.
La mujer señala un rincón del bar. “Ahí desayunaba todas las mañanas uno que estaba en tercer grado. Pedía café con leche, una tostada de aceite, tomate y jamón y el periódico”. Aquel cliente era Juan Luis Roa García, un hombre que aprovechó sus permisos penitenciarios para matar a tres comerciantes entre 1994 y 1995 y que fue detenido tras secuestrar a la hija del director de un banco. “Se iba directo a leer los sucesos, se quejaba de lo mal que estaba la ciudad y le comentaba a mi marido los crímenes que él cometía como si el autor fuera otra persona”, recuerda Manuela.
“Nos debía 4.000 pesetas y le pregunté: ¿Juan, cuándo me vas a pagar? Me respondió: No te preocupes, José María, que te voy a pagar con creces. Mira, cuando supe que era un asesino me pasé un mes y pico sin dormir. Con creces, no se me quitaba esa frase de la cabeza. Muchos días me había quedado solo con él y podría haberme matado cuando hubiera querido”, relata el dueño del bar.
La vida sin la cárcel también supone un cambio importante para Francisco Reyes. Es uno de los funcionarios que trabajó en ella durante 30 años y todavía hoy la visita a diario. Desayuna en el bar de Manuela y luego pasa la mañana contemplando las tareas de derribo y arreglando los últimos asuntos. Cada vez que pisa lo que fue su lugar de trabajo le vienen a la mente muchos recuerdos, los más fuertes quizás los del día del atentado de ETA, el 28 de junio de 1991.
A las once y cuarto de la mañana de aquel día explotó un paquete bomba que causó la muerte a cuatro personas: el funcionario de prisiones Manuel Pérez Ortega, los reclusos Jesús Sánchez Lozano y Donato Calzado García y el ciudadano Edmundo Pérez Crespo, que acudía a la prisión a ver a un familiar. “Era la hora a la que venían las furgonetas de la Guardia Civil y la Policía para llevar los presos al juzgado. Esos vehículos se convirtieron en ambulancias. Hubo internos que salieron a la calle porque había mucha confusión y se pusieron a ayudar. Luego todos volvieron adentro. No se escapó nadie”, recuerda este funcionario, que sobrevivió también a un atentado anterior cuando estaba destinado en la cárcel Modelo de Barcelona.
Aquella mañana los presos comunes intentaron linchar a los 17 presos etarras que había en Sevilla I. Todos habían pedido permanecer en las celdas y no bajar al patio. Fue el día que el bar Espolaina registró la mayor venta de su historia. “Pero ojalá que no hubiera tenido nunca ese dinero”, dice Manuela. Su hijo mayor, Juan, estaba de vacaciones y escuchó la explosión creyendo que la bombona de butano había explotado en el bar. “Fui yo quien llamé al cuartel de Eritaña para informar del atentado porque en la prisión se habían cortado las comunicaciones. No se lo creían, pensaban que era broma”.
El funcionario y uno de los presos que fallecieron eran clientes habituales y Manuela los recuerda bien. “El trabajador era de Olivares, muy buena persona. Y de Donato, el preso, me acuerdo mucho. Como le quedaba sólo un mes de condena, le dejaban salir un rato. Venía mucho por aquí. Era un hombre muy grande, muy fuerte. Estaba preparando su boda y había entrado por pegarle un bocado en la nariz a uno que se había metido con su novia”.
El atentado está fresco también en la memoria del funcionario. “Hubo cuatro muertos y gracias a que era un día de junio y no de invierno. El departamento de paquetes estaba al lado de la sala de visitas. Hacía calor y había mucha gente en la calle o en el patio. Si hubiera sido un día de frío, la sala probablemente estuviera llena y aquello habría sido una matanza”, dice mientras recorre el pabellón administrativo en compañía de la historiadora María Victoria Fernández Luceño, que está preparando un libro sobre la prisión de la Ranilla.
Es ella quien explica que es una cárcel republicana pese a que luego haya pasado a la historia por acoger a numerosos presos políticos durante el franquismo. “Se inauguró el 15 de mayo de 1933 y es reflejo del espíritu de reforma de la entonces directora general de prisiones, Victoria Kent”, cuenta mientras señala el azulejo que preside la entrada de la prisión, que reza Odia el delito y compadece al delincuente.
“La cárcel tenía capacidad para unas 300 personas y en la época más dura del franquismo llegó a haber 3.000. Había celdas con diez personas en su interior y los reclusos estaban tirados por el suelo. La mortandad en los primeros años de la década de los cuarenta fue brutal, era habitual que muriera un interno al día”.
Uno de los presos más longevos de la Ranilla es Leopoldo Iglesias Macarro, de 81 años, guerrillero y miembro del Partido Comunista que pasó 29 meses en la cárcel entre 1949 y 1951. Fue condenado a 20 años pero el Consejo de Guerra le rebajó luego la pena. “Yo servía de enlace entre los de dentro y los de fuera. Visitaba a mis compañeros para saber qué le había preguntado la Policía. Hasta que me cogieron, me torturaron y me llevaron a la cárcel. Era una época muy dura. Recuerdo que me preguntaba para qué habían puesto una cocina en la prisión si no había comida”. Conoció el barrio sin viviendas y ha visto crecer las palmeras del patio, plantadas en 1932 y que no han sido derribadas. “Todo era campo hasta Marqués de Pickman, ahí cayó una bomba de la aviación republicana en la Guerra Civil”. Ahora lo ve sin la cárcel, sin el edificio que vertebró al barrio.